Los titulares de los diarios de Buenos Aires, Argentina y el mundo relataron, un 21 de octubre de 1988, un accidente que podría catalogarse como una serie de hechos desafortunados.
Lo que comenzó como una mañana tranquila en el barrio porteño de Caballito, terminó en tragedia. La caída de un perro desde un piso 13 desencadenó, directa o indirectamente, la muerte de tres vecinos que nada tenían que ver entre sí.