Frases de Mafalda y Quino para recordar y reflexionar

El 15 de marzo de 1962 nació Mafalda. De manera no oficial, cierto, pues esa no era la pequeña niña argentina que odiaba la sopa y removía conciencias con su visión crítica y su humor satírico. Es más que probable, incluso, que llevara un tiempo gestándose en la mente de su querido Quino pero ese día (papel y lápiz mediante), se materializó por primera vez en el mundo real y se preparó para conquistar los corazones de ese mundo en el que la habían soltado.

Lo más curioso de todo es que, como esos niños que no se buscan sino que simplemente llegan, Mafalda no surgió como un personaje pensado para las tiras cómicas ni para tener ese carácter mordaz y afilado que tanto nos cautivó. Quino ideó a Mafalda y al resto de su familia como los personajes de una campaña publicitaria de electrodomésticos que le habían encargado y en la que debía representar a la clásica familia argentina de clase media de principios de los 60. La idea del ilustrador no gustó al cliente y la campaña nunca se llevó a cabo, pero esos primeros bocetos acabaron guardados en un cajón del que Quino los rescató para, esta vez sí, publicar las historietas de la Mafalda que todos conocemos.

El éxito del personaje es innegable. Aun cuando solo se publicó durante una década y su autor puso fin a las viñetas de Mafalda en 1973, la pequeña del gran lazo en la cabeza se convirtió en un icono popular que sobrepasó las fronteras argentinas, cruzó el charco o lo volvió a cruzar. Sus historias han sido traducidas a casi una treintena de idiomas, cuenta con decenas de recopilatorios y adaptaciones audiovisuales y el trabajo de Quino ha sido galardonado en numerosas ocasiones, una de las últimas con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2014.

Porque ambos eran genios (de tal palo, tal astilla), porque nos alegran el día a día y nos hacen pensar de vez en cuando y porque su mensaje sigue teniendo la misma fuerza que el día en que fue escrito, recopilamos algunas de las mejores frases de Quino y su Mafalda.

“Ya que amarnos los unos a los otros no resulta, ¿por qué no probamos amarlos los otros a los unos?”.

“Hay más problemólogos que solucionólogos”.

“¡La sopa es a la niñez lo que el comunismo a la democracia!”.

“Tenemos hombres de principios, lástima que nunca los dejen pasar del principio”.

“No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que si es necesario es pensar todo lo que se dice”.

“¿No es increíble todo lo que puede tener dentro un lápiz?”.

“¿Y Dios habrá patentado esta idea del manicomio redondo?”.

“Más vale tener un pasado breve que un futuro escaso”.

“Indudablemente, la primavera es lo más publicitario que tiene la vida”.

“Hoy quiero vivir sin darme cuenta”.

“¿Y puede haber humor sin un poco de maldad? No. El humor requiere cierta maldad, una dosis pequeña, pero maldad, al fin y al cabo. Se trata de encontrar lo gracioso dentro de lo trágico”.

“Tal vez algún día dejen a los jóvenes inventar su propia juventud”.