El color negro más negro del mundo

Científicos de Surrey NanoSystems, una empresa británica dedicada a la nanotecnología, tuvieron una idea tan singular como brillante: la creación del color negro más negro que jamás hubiera contemplado el ser humano. El resultado de sus pesquisas fue Vantablack, un pigmento capaz de tragarse el 99,96% de la luz que pueda recibir en un momento dado. Un agujero negro en miniatura.

En un vídeo difundido por la compañía podemos ver cómo una careta de bronce (de sospechoso parecido a Vladimir Lenin) es absorbida en su totalidad por el pigmento. Una comparación de ambos resulta casi increíble a primera vista: mientras la careta de bronce no teñida por Vantablack luce real, a su lado hay una suerte de pantalla negra, una compuerta hacia el infinito inframundo, sin relieve ni profundidad. Sólo negro.

Vantablack 2.0 es el resultado de la profundización en el experimento original de la empresa británica. Aquel pigmento surgía de nanotubos de carbono con el diámetro de un triste átomo. Según la explicación de Surrey NanoSystems, en un mísero centímetro cuadrado de Vantablack hay alrededor de 1.000 millones de nanotubios de carbono. El resultado, en lengua cervantina, es una matriz capaz de absorber la luz sin reflejarla. De comérsela.

Naturalmente, el hallazgo de Vantablack (por sus siglas en inglés: Vertically Aligned Nanotube Array black), causó furor no sólo entre la comunidad científica (pese a su exorbitante precio, es de gran interés para industrias de todo tipo que buscan espacios donde la luz sea un agente totalmente vedado, como el interior de un telescopio), sino también entre la artística. Al fin y al cabo, era un nuevo campo de creación.