El misterioso evento de Tunguska

En 1908, una violenta explosión arrasó una remota región de Siberia próxima al río Podkamennaya Tunguska. Hoy, aún se investigan las causas de este fenómeno, que lanzó por los aires a testigos situados a 65 km.

La primera investigación científica del evento la llevó a cabo en 1921 el geólogo Leonid Kulik, conservador principal de la colección de meteoritos del Museo de San Petersburgo. A partir de las declaraciones de los observadores, Kulik concluyó que lo había ocasionado un gran meteorito. Cuando años después pudo llegar a la supuesta zona del impacto –esta medía unos 70 km y se asemejaba a las alas de una mariposa, lo que sugiere que se dieron varias explosiones en línea recta–, comprobó con sorpresa que no había cráter alguno. Tampoco encontró restos. En aquel lugar, los árboles permanecían en pie, pero habían desaparecido sus ramas. Parecían postes de teléfono. Sin embargo, en las zonas más alejadas, habían quedado abatidos en direcciones radiales. Más tarde se comprobó que durante el incidente se había liberado una energía mil veces mayor que la de la bomba atómica que se lanzó sobre Hiroshima en 1945 y que el área afectada cubría más de 2.000 kilómetros cuadrados.

Desde entonces se han publicado un millar de trabajos científicos sobre este asunto, en los que se han tratado de esclarecer las numerosas incógnitas que lo envuelven. La explicación más plausible es que un meteoroide, quizá un fragmento de cometa compuesto de hielo y polvo, de al menos 50 metros de diámetro, penetró en la atmósfera a una velocidad de 15 kilómetros por segundo. Se calentó hasta casi los 25.000 ºC, hizo explosión y se desintegró cuando se encontraba a entre 6 y 10 km del suelo, por lo que no se formó cráter. También sabemos que el día anterior se dio una abundante lluvia de estrellas, las Beta Táuridas, que se piensa que están causadas por el cometa 2P/Encke. Se trata de un objeto muy viejo que se deshace rápidamente, por lo que pronto acabará convirtiéndose en un asteroide. Quizá en él se encuentren las claves del enigma de Tunguska.